EL SORO también lo vio oportuno y cuando tomo muleta y espada se encamino a la barrera que ocupaba el destinatario del brindis, subido en el estribo y con la montera en la mano:
DON PABLO, TENGO EL GUSTO DE BRINDARLE LA MUERTE DE ESTE TORO POR SER UD. UN MODELO DE EMPRESARIO TAURINO.
El homenajeado puesto en pie recogió la montera y muy serio le dijo a EL SORO:
Muy agradecido por el detalle, pero no me llamo D. Pablo, me llamo
CAMILO JOSE CELA.
La confusión se había producido porque quizás tengan cierto parecido los dos personajes.
1 comentario:
Jeje a mi me contó esa historia el propio Vicente, creo recordar que contó que era en La Coruña.
Lo que si recuerdo es que la confusión, provocada a propósito por Montoliu, fue con Marcial Lalanda, no con Pablo Lozano.
Un saludo!!!
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