jueves, 17 de junio de 2010

LA MISMA VISION

En una ocasión que el maestro Luis Miguel Dominguin torea en Zaragoza, las cosas no le rodaron bien del todo, el publico le abronco en el primer toro. Al comenzar la faena del segundo de su lote, un espectador vociferaba impertinencias e insultos al matador recordándole como había estado en el primero, se hizo tan exagerada su protesta que el propio matador quiso averiguar quien era el sujeto en cuestión.

Se entero de que regentaba una óptica en la capital y que solía ser asiduo en todas las corridas. Luis Miguel pidió la dirección de la óptica para hacerle una visita.
Al día siguiente ya estaba Luis Miguel en la óptica, entro y lo atendió el mismo que el día de antes le vociferaba en la plaza.
Pidió ver unas gafas de sol, se las puso y mirando al óptico le dijo:

Estas gafas tienen un defecto, solo veo HIJOS DE PUTA

El óptico salio del mostrador y cogiendo las mismas gafas se las puso, mirando a Luis Miguel y le dijo:

Pues tiene razón, solo se ven HIJOS DE PUTA.

Desde entonces el óptico se hizo amigo y ferviente admirador del Nº 1

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