De los pocos que fueron, algunos, los que menos ocupaciones tenían se quedaron algunos días en la finca, para como se dice en el argot, echar unos días de campo.
Para el almuerzo de la primera mañana campera el anfitrión se levanto temprano y con algún colaborador prepararon un almuerzo propio de la zona y de las fincas ganaderas, torreznos, morcillas y chorizos de la zona, huevos fritos y alguna vianda mas. Todo era poco para agasajar a los invitados.
Cuando bajo el primer alumno de la escuela y vio lo que se había preparado para la primera comida del día, rehusó sentarse a la mesa alegando que todas esas viandas no eran de su agrado y pregunto muy serio si no habrían KELLOGGS, que era lo que él solía desayunar.
También se negó a comer un arroz con liebre que había cazado en la misma finca José Copete, entonces en la cuadrilla de EL SORO,
En esta ocasión alego que no comía porque la liebre no había sido examinada por un veterinario y podía no estar sana.
